miércoles, 10 de noviembre de 2010


Gracias por arañarme el corazón, por ser así como eres.
Gracias por aguantar ese dolor, por inventar ese sabor.
Gracias por los consejos que me das, por esas cosas que no se pueden contar.
Gracias por caminar siempre al revés, por derretirte si me ves, por alargar ese momento.
Gracias por asumir ese papel, ya no sabíamos que hacer.
Gracias por ayudarme a que se duerma, por el cariño, la paciencia cuando todo iba mal.
Gracias por esas cosas que no se deben contar.